lunes, octubre 18, 2010

DESPIERTO CUANDO NO AMANECE AÚN

Despierto cuando no amanece aún,
prendo la luz de mi escritorio y miro
si es la primera luz del edificio.
En realidad casi no escribo,
vigilo cómo nace el día,
cómo se encienden otras luces
de otros predios.
Los días que mi escritura
no se enciende,
afuera nadie se amotina.
Las luces se arrodillan
cuando ya amanece.
La mía del escritorio se resiste,
pero claudica como todas.
La tinta, si ha fluido,
tiene una prueba que pasar.
Se lee con otros ojos
lo que dictó la oscuridad,
que es todavía luz de ayer.
Con luz de ayer se escribe,
a oscuras, para que amanezca.
Fabio Morábito, Alguien de lava.