Recibo el lunes 28 de marzo un correo electrónico de Luis Manuel Amador, titular del Departamento Editorial y Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura de Oaxaca. Entre otras cosas me comunica que está enterado de mi participación en la Jornada Cultural de Juchitán. Y me aclara: habrá transporte, hospedaje y alimentación para los participantes.
En la década del 80 ocurrieron muchos encuentros culturales, literarios y periodísticos en la entidad; en la región del Istmo bajo la convocatoria de Macario Matus se desplegó una gran actividad de promoción a la cultura.
Ahora, en este 2011, los burócratas de la cultura intentan justificar su trabajo suscribiendo cartas a posibles participantes en encuentros que convocan autoridades municipales, emanadas del PRI.
Sin Plan Estatal de Desarrollo los burócratas cobran su salario y justifican su puesto en la estructura gubernamental, por estos días.
Le preguntaría a Luis Manuel si su dirección tiene contemplado realizar este encuentro de escritores y periodistas en otras regiones del estado o del país, si su gente tiene la capacidad de organización para realizar esas labores.
Por ahí anda un gallego, el seudónimo es Leonardo Da Jandra, hijo de un general franquista de apellido Palencia, que apadrina este tipo de encuentros. Leonardo y la Banda de los Enanos no le dejada nada a Oaxaca y sus escritores, a los oaxaqueños, nada más que lo poco que le saca al gobierno.
Palencia, digo, Da Jandra, se convirtió en todo un nuevo conquistador sentimental en tierra de indios. Pero allá él y su senilidad.
El asunto es más serio de lo que podría mostrar una posible apreciación de pugna entre escritores.
Se trata de llevar la literatura a miles de jóvenes oaxaqueños que se esparcen por más de 10 mil localidades, 570 ayuntamientos, que en estos momentos están siendo acosados por el alcoholismo y la drogadicción; la pobreza.
Pero el gobierno de Gabino no entiende: cree que los poetas somos muertos de hambre y ofrece camión y comida a quienes participarán en el primer encuentro de escritores en lo que va de su gobierno. Claro, saludan con sombrero ajeno, con recursos del pueblo.
Me parece estúpido que mantengas a una estructura burocrática sin contar con un Plan Estatal de Desarrollo, sin que sepas en qué los vas a emplear llaga el gobierno pagando salarios a un personal casi imaginario, por su inacción, por 8 quincenas. Y los burócratas no cobran mal.
Dice la conseja popular que si vienes a Oaxaca y levantas una piedra del camino encontrarás a diez pintores y a tres poetas; y muchos políticos.
Y una nube de burócratas que parecen mosquitos.
En la década del 80 ocurrieron muchos encuentros culturales, literarios y periodísticos en la entidad; en la región del Istmo bajo la convocatoria de Macario Matus se desplegó una gran actividad de promoción a la cultura.
Ahora, en este 2011, los burócratas de la cultura intentan justificar su trabajo suscribiendo cartas a posibles participantes en encuentros que convocan autoridades municipales, emanadas del PRI.
Sin Plan Estatal de Desarrollo los burócratas cobran su salario y justifican su puesto en la estructura gubernamental, por estos días.
Le preguntaría a Luis Manuel si su dirección tiene contemplado realizar este encuentro de escritores y periodistas en otras regiones del estado o del país, si su gente tiene la capacidad de organización para realizar esas labores.
Por ahí anda un gallego, el seudónimo es Leonardo Da Jandra, hijo de un general franquista de apellido Palencia, que apadrina este tipo de encuentros. Leonardo y la Banda de los Enanos no le dejada nada a Oaxaca y sus escritores, a los oaxaqueños, nada más que lo poco que le saca al gobierno.
Palencia, digo, Da Jandra, se convirtió en todo un nuevo conquistador sentimental en tierra de indios. Pero allá él y su senilidad.
El asunto es más serio de lo que podría mostrar una posible apreciación de pugna entre escritores.
Se trata de llevar la literatura a miles de jóvenes oaxaqueños que se esparcen por más de 10 mil localidades, 570 ayuntamientos, que en estos momentos están siendo acosados por el alcoholismo y la drogadicción; la pobreza.
Pero el gobierno de Gabino no entiende: cree que los poetas somos muertos de hambre y ofrece camión y comida a quienes participarán en el primer encuentro de escritores en lo que va de su gobierno. Claro, saludan con sombrero ajeno, con recursos del pueblo.
Me parece estúpido que mantengas a una estructura burocrática sin contar con un Plan Estatal de Desarrollo, sin que sepas en qué los vas a emplear llaga el gobierno pagando salarios a un personal casi imaginario, por su inacción, por 8 quincenas. Y los burócratas no cobran mal.
Dice la conseja popular que si vienes a Oaxaca y levantas una piedra del camino encontrarás a diez pintores y a tres poetas; y muchos políticos.
Y una nube de burócratas que parecen mosquitos.
